Desde el barro creativo y fértil de mi sacro
sube en espiral sagrada,
lamiendo con delicadeza y amor,
las vértebras de hueso y luz de prisma
que componen mi espalda.
La serpiente del despertar
(temida y alabada a partes iguales)
sube y entre las escápulas se dirige a la sombra
en el espejo de mi corazón.
Me susurra que ya es hora,
que podemos vibrar a una frecuencia mayor,
que somos las mujeres las que lideraremos el cambio,
que la dualidad cada vez más extrema de lo viejo tiene que fusionarse en uno,
el de la mujer de aire que riega con agua las tierras a sus pies . . .
. . . las tierras de un planeta que se pare a sí mismo con dolor
y está despertando
en una nueva consciencia en sintonía con el amor del Universo.
( la excusa de este poema:
mañana es el día internacional de la mujer )
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Gracias, Silvia
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Muy de acuerdo con que las mujeres sean quienes lideren el cambio porque el planeta, en sí, es vuestro.
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Bueno, creo que el planeta es de todos los que habitamos en él, animal, vegetal, mineral, seres que no vemos….
Pero sí es cierto que el modelo puramente «yang», masculino en su versión capitalista de máximo crecimiento, rendimiento y me-da-igual-gastar-todos-los-recursos-a-mi-paso, está agotado y en crisis. No creo que haya que salvarlo, sino cambiarlo.
Las mujeres estamos intuitivamente más próximas al complementario, a lo «ying», a una fuerza más como el agua que parece mansa pero puede arrasar en algunos casos, cuando coge sinergia (un poco con lo que puede pasar con el 15-Mayo a nivel internacional y con el tiempo, que es tan Neptuniano).
Y es eso complementario y opuesto por donde tiene que ir el cambio, más cercano al corazón y menos a la cabeza.
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Patiii me ha encantado, un abrazo fuerte 🙂
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Muchas gracias, Cloti, me alegro que te gustase. Te mando un abrazo fuerte de vuelta!
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