A veces las palabras me pinchan, porque las uso para fijar una sensación o emoción que como verso me gusta, pero que al hacerlo me está haciendo daño.
A veces las palabras pinchan porque son agudas y no sé calibrar su corte incisivo al nombrar.
A veces las palabras pinchan cuando te das cuenta que te han embriagado y te has vuelto adicto a su tacto, y a los versos producidos.
Me he pinchado muchas veces, pero me siguen viniendo a ver para que las use y las plasme en papel y versos.
Las necesito, igual que necesito en mi vida la acción del verbo, el abanico policromado de los adjetivos y el latir de las metáforas vivas … (que también se reflejan luego sobre los dibujos que respiran solos).
<<Consigue que las palabras no me pinchen,
y puede que entonces te las regale
Oh!! gracias mamá! >>
yo también hace un tiempo descubrí que las palabras pinchaban mi corazón…
algunos pinchazos sacaban lágrimas de una sangre algo amarga… algo triste
otros lágrimas de sal repletas de alegría… y estos pinchazos, los salados, me encanta compartirlos
PRECIOSO poema PRECIOSA ilustración
Me gustaMe gusta
Claro, las palabras te sacan todo, dulce, salado, amargo agrio e incluso picante! Hablando de sabores, para la medicina china el sabor del corazón es amargo (color rojo, estación pleno verano, fuego, y alguna cosa más que no me acuerdo ahora), supongo que por eso el «mal de amores» se cura con su opuesto, el dulce, aunque no estoy del todo segura…
Me alegro que te guste, bienvenido a mi morada virtual donde todo cabe! Un beso, Xavier.
Me gustaMe gusta