A veces se me olvidan las ideas – me siento un viejo –
me acompañan un tiempo y si no las dibujo o escribo
se esfuman sin avisar ni haber sido tangibles, decepcionadas con mi trato
y dejándome un regustillo a culpabilidad.
A veces no entiendo de donde me vienen las ideas
o los símbolos que me salvan;
si vienen de un sueño despierto
o de una vigilia dormida.
[Hace poco conocí a alguien de ojos claros
que temía enormemente perder el hilo
y sin embargo con pocas personas me he cruzado
con mejor manejo de las metáforas enhebradas
para hacer una historia bella y comprensible.]
Y yo que pierdo tanto el hilo hablando,
que para ir de «a» a «b» paso por «r» y «z»,
algunas incluso subo a mencionar a Ω,
(porque creo y siento desde el círculo,
porque mi cabeza tiene unas conexiones
extrañamente singulares)
y que sorprendentemente me enredo como con bolillos
para explicar una dirección simple
(una de las de «a» a «b» de nuevo
construyendo enmedio un telar de mis colores)
no entiendo por qué
tengo tanta, tanta, tantísima necesidad
de contar lo que siento
de enredarme en desescribir – con lo que me cuesta –
las imágenes de los ancestros,
de tocar e intentar decir con garganta ardiente de luz
las escenas que ven un ojo que no tengo.
No entiendo por qué
mucho antes del uso de razón,
sé que me pinché hilando
y aún no despierto.
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Este dibujo me recuerda a otro que hice al principio de este blog, hará casi un año.
¿De qué se alimentan las ideas? De algo de tiempo estoy seguro, y también de los sentidos… deberíamos atarlas a esos «churrillos» de intención y de empeño, cosas tan preciadas no deberían ser arrastradas por el viento.
Un abrazo
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A veces, aun no siendo arrastradas por el viento, no sabemos identificar el cordel con el que la atamos y aunque hubiese intención y empeño, nos acompañan pero no las podemos rescatar entre tantas otras de su vuelo. Gráficamente es el dibujo y esa sensación de «están pero no las veo».
Me alegro que te sigas pasando por aquí y dejando palabras e ideas a tu paso. Para que no se olviden, para que no vuelen sin volver. Gracias.
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¿A quién no le gusta un sorbo de aire?
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De verdad, Juan, no sé si me merezco (o este blog) tan sabrosos halagos!
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persiguiendo al Tao, me he encontrado esta maravilla de entrada
perder el hilo… cuanto te entiendo… yo llevo toda una vida intentando enhebrar mis casualidades, poco a poco la voy consiguiendo
y otra vez, agradecerte tus apuntes: primero el I-Ching, y del I-Ching al Tao…
http://www.taointegral.net/el-i-ching-el-dr-jung-y-richard-wilhelm/
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Sí, lo del hilo se siente importante: enhebrar, no perderlo, usarlo para que te ayude a salir del laberinto (como Ariadna, creo, en el laberinto del minotauro, del que salió por no perder su hilo dorado…).
Por mis apuntes, de nada, tú coge lo que necesites, está ahí para eso. Un beso, y gracias por el link!
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